Nueve temas para conocer a
santa Teresa de Jesús
santa Teresa de Jesús
Alba de Tormes, ESPAÑA
· Teresa inicia a poner por escrito su experiencia de vida a los 50 años de edad. Estamos hablando del año de 1565. Ya ha iniciado la experiencia de su primer Monasterio de san José en Ávila.
· A los 50 años de edad cobra conciencia de lo que ha vivido y al ponerlo por escrito va ejercitando y puliendo el talento literario y se da cuenta de que al escribir, está hablando, comunicando su experiencia. Esto le ayuda a tener más claridad y a tener elementos de discernimiento de las acciones de Dios.
Un primer aspecto, en la vida de Teresa es recuperar el camino, que conscientemente ella descubre que ha perdido desde la infancia. Lo enmarca desde el camino de la virtud. Si tomamos en cuenta la definición de lo que es la virtud, decimos que es una cualidad humana que permite a quien la posee tomar y llevar a término las decisiones correctas en las situaciones más adversas para cambiarlas a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un objetivo común. El virtuoso es el que «sabe remar contra la corriente» también una persona virtuosa es aquella que sabe sacar a delante cualquier problema que venga, es una persona que tiene muchas cualidades y las pone en práctica a diario.
Este es el camino que Teresa de Jesús, desde la oración empieza a cobrar conciencia. Un camino de la oración no puede ir sólo si no se apoya en la virtud, en el ejercicio que el hombre y la mujer dispone para tener un camino coherente en la vida.
Veamos cómo Teresa descubre la importancia de la virtud:¿Qué dice Teresa de sí misma?
Desde muy pequeña Teresa nos narra que despierta a la vida y este despertar lo encamina hacia la virtud que conlleva a un camino desde la verdad, lo bueno. El principal rasgo que Teresa, en su humanismo, nos ofrece es la importancia de la virtud. Virtud no como un ropaje mal entendido de comportamiento moral, puritano, sino aquella virtud que conlleve a la verdad y la sabiduría.
Esta verdad de la virtud la irá perfilando Teresa desde dos realidades: la realidad de Dios, que interviene en su vida y, el descubrimiento de sí, su propia verdad. Estas dos realidades se integrarán con naturalidad desde la experiencia de sentirse amada por Dios. Este amor es quién cambiará el panorama de vida: la gracia-amistad con Dios. Teresa reconoce una verdad, es Dios quien tiene la iniciativa a la vida de amistad:




Teresa reconoce que la virtud se aprende. La mejor escuela de aprendizaje de los valores es la familia …el tener padres virtuosos y temerosos de Dios[6] …ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas…[7]; mi padre… mucha caridad para con los pobres y piedad con los enfermos, y aún con los criados[8]…; mi madre tenía muchas virtudes… grandísima honestidad… muy apacible y con harto entendimiento…[9]; Éramos tres hermanas y nueve hermanos… en ser virtuosos…[10] Lo que resalta Teresa es la bondad de quienes le rodean. La familia es un lugar bueno, o tendría que serlo, para crecer en la virtud. La familia es el espacio natural donde se crece y se aprende lo que se necesita para la vida. He ahí el cuidado de los padres en la enseñanza de los hijos e hijas. La familia, el hogar es el lugar adecuado y más seguro para lo bueno en los hijos.
Teresa recupera varios datos que, ahora a los 50 años de edad, reconstruye ese camino que ya había experimentado de lo bueno de la virtud con estas características naturales:

Esta virtud de dar contento, la podemos descubrir e su capacidad afectiva que le proporcionó siempre una capacidad para crear relaciones humanas brillantes. Fue hija preferida, las hermanas la valoraban por su simpatía y su alegre humildad en el servicio, los seglares valoraban la gracia y el donaire de su conversación. Sus superiores se sirven de su don de gentes para recabar las necesarias limosnas.
Cuando esta capacidad de relación, de dar contento, como virtud natural humana inició a girar en la órbita de Cristo, afianzará un humanismo más espontáneo en su relación afable, tierna y comprensiva para con quiénes la rodeaban. De dar contento para ahora a un camino de contentar a Dios en los demás…
Anclada en Cristo, su vida afectiva se despliega con una amplitud sorprendente y nada de su natural queda apartado de Él. Desde ahí puede liberar todas las fibras de su corazón y enraizadas en el Amado descubrir lo que es humano. Mirándose a sí misma le aparece su verdad, la unión con Cristo, como plenitud de sí misma.
La naturalidad y la disponibilidad hacen despertar en Teresa la comprensión de un llamado y de una intervención de Dios que le suscita claridad y sentido lo que está realizando. Experimenta nuevas fuerzas al darse cuenta que el Señor …me dio a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza para servirle...[13]
¿Qué dice la gente que es Teresa de Jesús? Teresa era un mujer trasparente. Sabía que la mejor manera de andar en la verdad era la naturalidad. Una persona que se relaciona con naturalidad tiene una verdad dentro, pues no esconde, ni se esconde, es. Esta virtud de dar contento y contentar a Dios en los demás… lo podemos descubrir en las palabras de muchos hombres y mujeres que reciben de Teresa esta manera de amar.
Descubrimos esta naturalidad en Teresa por varios testimonios que han dejado huella para descubrir el humanismo teresiano:








Su simpatía natural le abrió numerosas puertas y le ayudó a entretejer una compleja red de relaciones y de amistades incondicionales con obispos, religiosas, teólogos, nobles, hidalgos, mercaderes y arrieros; aunque también le creó serias dificultades entre los que no veían compatibles la afabilidad y la santidad. Ella tenía muy claro que cuanto más santas, han de ser más conversables[18] y un alma apretada no puede servir bien a Dios. Le gustaba repetir: Tristeza y melancolía, no las quiero en casa mía.
Podemos descubrir en Teresa de Jesús:




[1] 4, 3
[7] 32, 2
[8] 1M 1, 4
[9] 20, 6
[10] ibidem
[11] ibidem
[12] 37, 5
[13] 1M 1, 12
[14] 4M 1, 7
[15] 6, 2
[16] 7, 7
[17] 6, 7
[18] 6, 3
[19] 6, 8
[20] 40, 3
[21] HERRAIZ, Maximiliano, A ZAGA DE TU HUELLA, Carmelo 2000, Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2000, p. 279.
[22] 6,3
[23] 6, 4
[24] 6, 9
[25] 5, 1
[31] 7,9
La virtud del amor
Teresa propone como disposición para la oración, el camino de la virtud. Su experiencia orante le llevó a esa conclusión. No se puede ser orante si no hay libertad. Cuando Teresa se enamora del Buen Jesús, aprende de Él, este camino de la libertad. El Buen Jesús vive libre y se entrega del todo a Dios. Esto lo vivirá profundamente en el camino de la oración, en esa clave de amistad en la que se van aparejando las dos condiciones para ser un camino verdadero.
Teresa ha cobrado conciencia de la necesidad de la virtud. Ve en el Buen Jesús, tres virtudes importantes: amor, desasimiento y humildad. Tres cosas necesarias que se necesitan como equipaje para la aventura de la interioridad por medio de la oración.
A Teresa le interesa más el orante que la oración. No enseña oraciones, enseña cómo ser personas que puedan orar. En esto invierte tiempo, energías… Acompaña a la persona, para que sea ella la que ore, en vez de estar desde fuera presionando, empujando. Ella no comienza proponiendo métodos de oración o reglas de meditación. Algunas hermanas le piden que les enseñe los caminos de la contemplación, pero ella comienza por la vida. Se requieren virtudes evangélicas. Son tan necesarias que si no las tienen es imposible ser mujeres contemplativas, y cuando pensaren que lo son, están muy engañadas[1]
Teresa, para poder educarse en este ejercicio propone varios elementos que nos ayudarán a vivir y ejercitarnos en estas virtudes. Para Teresa es importante:
· Poner los ojos en el…[2]. Porque estas tres virtudes son tan amadas de nuestro Enseñador Cristo, que nunca un punto se vio sin ellas![3]
· Ser conscientes de la virtud porque …son tan necesarias que, sin ser muy contemplativas, podrán estar muy adelante en el servicio del Señor; y es imposible, si no las tienen, ser muy contemplativas, y, cuando pensaren lo son, están muy engañadas…[4]
Veamos ahora la primera virtud: el amor de unos con otros.
Teresa de Jesús propone como un valor para quiénes están en el camino de la oración el ideal de la amistad. Por ello, cuando se lanza a fundar los monasterios tiene criterios para lo que busca en este ejercicio del amor, no más de trece…. comunidad pequeña, donde circule el amor y facilite la relación en donde se propicie un ambiente de familia, de cercanía, de suavidad en la vida fraterna… Lo que rige en una comunidad teresiana, es el amor, no el rigor. Una comunidad sin amor, es una comunidad que no sabe orar, porque no se ha experimentado la monja o el fraile, amado por Dios y no ha descubierto el amor.
Teresa expresa el amor, el amor de verdad. No hay cosa enojosa que no se pase con facilidad en los que se aman[5]. Sólo cuando ella se aclaró en este tema misterioso de la afectividad humana, pudo bogar mar adentro en el trato de amistad con El. En amaros mucho unas a otras va muy mucho[6].
La conciencia de Teresa en el camino de la virtud, aprendida desde el Buen Jesús es el ejercicio del amor. Teresa lo entiende como una exigencia evangélica, que lo vivió y nos lo manda el Buen Jesús: …ámense los unos con los otros… pues será el signo más claro de que somos amigos/as y discípulos/as de Jesús. Teresa descubre que para alcanzar esta virtud, se necesita un aprendizaje, educarnos en el amor. ¿Dónde podremos aprenderlo? En el Buen Jesús que es el capitán del amor…
Teresa lanzará a la comunidad teresiana, y ahora a todos los que quieren conocer a Teresa de Jesús, elementos necesarios para el ejercicio de la virtud del amor. Ejercicio que va de la mano con los momentos orantes y del conocimiento del Buen Jesús. Estos elementos los podemos ir descubriendo con varias formas que nos ayudarán a ir cobrando conciencia para darnos cuenta de que si el amor que vivimos es verdadero o no.
a. Teresa nos propone andar despiertos en el amor… porque el Buen Jesús no duerme… es menester ver el suyo –su amor- para despertarnos cada día.[7] Pues es necesario despertarles a amar a quien hace tantas misericordias… es buen amigo de que no pongan tasa a sus obras[8]
b. Para Teresa es importante, como el Buen Jesús nos lo enseña, ser signos del amor y mostrar que somos amigos y amigas de Jesús. Es importante que el amor se muestre, se transforme en obras y palabras para que los demás quieran la amistad del Buen Jesús y contagiarlo. Teresa hace hincapié en la importancia del trato, de unos con otros, para que con nuestra relación entre nosotros y con los demás,…quisieren aprender vuestra lengua[9], ¿qué lengua? La del amor, que consiste en enseñar…con piedad y amor y oración… y que aproveche[10] a los demás y haga a los demás que vayan a buscar maestro que le enseñe…. para despertar a alguna para este bien[11]. Con nuestro trato, del lenguaje del amor, es bueno guiar a las demás al buen Maestro.
c. El lenguaje del amor es muy ambiguo, porque se piensa que se ama, cuando no es verdadero el amor, de ahí la necesidad de educarnos en esta virtud. Teresa sugiere que se tenga cuidado, se esté alerta porque el buen Jesús como buen Enseñador …ve que era menester despertarles y acordarles que tienen enemigos… para no andar sin entenderse, engañados[12]; hay muchas cosas que nos pueden desatinar en el camino que nos obstaculiza el ejercicio del amor. El Buen Jesús nos enseña que hay que perseverar y, ante las dificultades y caídas sufridas, es bien no escandalizar a los flacos…
d. Para despertar estas ganas de hacer obras en su servicio es bueno que miremos y consideremos lo que le debemos y la muerte que pasó por nosotros… esto nos despertará a amar a este Señor[13]
e. Teresa buscó el amor en la libertad. Y la apropiación de la libertad es el motor de la vida para amar de verdad a Dios. Teresa vive en esta plenitud libre al decir que la vida toda …no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho; y así lo que más os despertare a amar, eso haced.[14] Libertad y amor están unidad. Una lleva a otra y si tiene como fin amar a Dios, se realiza la plenitud y la alegría.
f. Teresa se dará cuenta, siendo ella una mujer de relaciones profundas, que el amor tiene muchos enredos…[15] porque decimos que amamos y en realidad no es amor. Este no amor se refleja en actitudes egoístas, posesivas, dependientes…. Una clave para entender cuando es amor, es en la libertad. Pues el amor, enseñado por el Buen Jesús y aprendido por Teresa debe ayudar a la entrega total a Dios. ¿Cómo es este amor libre que Teresa nos propone? ¿Cómo ejercitarnos en este amor despierto? Iniciará Teresa a ponernos algunas formas muy cercanas a nuestra vida cotidiana donde el amor se puede poner por obra:




g. El amor que Teresa nos propone es el amor puro. La virtud del amor es desinteresado, libre de egoísmo, practicado con obras y no sólo con sentimientos. Amor en comunión, alegrándose y condoliéndose con las alegrías y sufrimientos de los otros[22]. Teresa les diseña la silueta del verdadero amante: son estas personas que Dios llega a este estado (al amor puro) almas generosas, almas reales; no se contentan con amar cosa tan ruin como estos cuerpos, por hermosos que sean, por muchas gracias que tengan, bien que place a la vista y alaban al Criador, más para detenerse en ello, no. Digo “detenerse” de manera que por estas cosas les tengan amor; les parecería que aman cosa sin tomo y que se ponen a querer sombra; se correrían de sí mismos y no tendrían cara, sin gran afrenta suya, para decir a Dios que le aman[23].
h. Cuál es el amor perfecto: es el que va imitando al capitán del amor: Jesús, nuestro bien[24]. Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán… es amigo verdadero” Alabad mucho, hijas, a Dios por esta libertad que tenéis[25]
i. E imitando al Buen Jesús desde el amor, propondrá estas actitudes a las comunidades que las podemos tener en nuestras relaciones con los demás:





o … ayudan mucho a la paz y conformidad de unas con otras[30].
o … pocas y mal avenidas no lo permita Dios[31]

o … dense por perdidas…[33]
o … piensen y crean que han echado a su Esposo de casa y que le necesitan a ir a buscar otra posada, pues le echan de su casa propia[34].

o ¿Cuál? … parece y va imitando este amor al que nos tuvo el buen amador Jesús… así ganan mucho los que tienen su amistad[36]
Podemos descubrir en Teresa de Jesús:




[1] 4, 3
[7] 32, 2
[8] 1M 1, 4
[9] 20, 6
[10] ibidem
[11] ibidem
[12] 37, 5
[13] 1M 1, 12
[14] 4M 1, 7
[15] 6, 2
[16] 7, 7
[17] 6, 7
[18] 6, 3
[19] 6, 8
[20] 40, 3
[21] HERRAIZ, Maximiliano, A ZAGA DE TU HUELLA, Carmelo 2000, Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2000, p. 279.
[22] 6,3
[23] 6, 4
[24] 6, 9
[25] 5, 1
[31] 7,9
Hemos iniciado con la virtud del amor. Para amar hay que ser libres, como el Buen Jesús, y Teresa nos lanzará a una aventura a un proyecto nada fácil, pero no imposible.
Ahora trataremos un tema nada común en nuestro lenguaje cotidiano, Teresa nos habla ahora de otra virtud, el desasimiento, que posiblemente le conocemos con otros sinónimos: desapego, desnudez, vacío, abandono, desatadura. Teresa lo descansa en una frase que la descubrió como un mantra cotidiano ante sus andaduras fundacionales y como mujer contemplativa: Quien a Dios tiene, nada le falta; sólo Dios Basta.
En nuestro lenguaje común esta palabra no es tan usada, pues es común que realicemos lo contrario, y así la sociedad nos lo ha impuesto que es ser consumidores, acumular bienes, cosas, personas, poseer, tener certezas, seguridades, etc… nada que ver con la propuesta teresiana de caminar en la virtud del desasimiento que nos lanza a la confianza en Dios.
Para Teresa, aprendió del Buen Jesús que el desasimiento no es negación sino es apropiación y asimilación de una manera nueva de vivir que, aunque pareciera que se renunciara a todo, se alcanza TODO en Dios, muy semejante a la del Buen Jesús. Teresa en su oración, ve la vida de Jesús y descubre que Él nace, vive, actúa y crece desde la pobreza, …parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa sino en el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió;…[1] Su riqueza era hacer la VOLUNTAD de Dios. Teniendo a Dios, ¿qué falta para vivir? Se tiene TODO. En esta confianza y abandono el buen Jesús vivió el desasimiento abrazado a Dios, centrado en su proyecto, el Reino. Todo lo demás pasó a segundo término.
Quiénes se adentran en el camino de amistad con el Buen Jesús, al ver su vida, descubrirán que el seguimiento implica dos realidades: una, han dejado todo lo que tenían y quisieran tener para serviros con ello… y otra la necesidad de desasirse de nosotros mismos… ser amigos del Buen Jesús implica ya no ser el centro de la propia vida, sino, ahora el lugar privilegiado y absoluto es Dios. Es la realidad de quiénes se adentran en el camino orante, como Teresa lo descubrió. Si no se ejercita el orante en esta virtud de centrar la vida en Dios, será difícil el camino de la contemplación, por ello, dirá a sus monjas, quiénes libremente han dejado todo… determinaos, hermanas, que venís a morir por Cristo y no a regalaros por Cristo[2] o la persona se da del todo, o de nada sirve una vida de mediocridad.
Para no caer en la mediocridad, Teresa nos da ejemplo donde podemos tomar conciencia de hasta donde en realidad somos libres o no, se fija en varias cosas que nos pueden atar y quitar la libertad:

La relación oración-cuerpo tiene en nuestros días una relevancia particular. El cuerpo debe estar preparado para la oración. Quien ora es la persona en su unidad integral. Teresa de Jesús habla de liberarnos de un cuidado excesivo del cuerpo. Somos algunas tan regaladas de nuestro natural… y tan amigas de nuestra salud, que es cosa para alabar a Dios la guerra que dan[5]. El verdadero riesgo consiste en crearse un centro de atención en el propio cuerpo: Como soy tan enferma, hasta que no me determiné en no hacer caso del cuerpo ni de la salud, siempre estuve atada, sin valer nada[6]. No quiere penitencias descabelladas, sino algo más profundo. Gran remedio es para educar nuestra dimensión corporal es traer muy continuo el pensamiento en la vanidad que es todo y cuán presto se acaba, para quitar la afición de las cosas que son tan baladíes y ponerla en lo que nunca se ha de acabar[7].
Teresa, que es enferma crónica, sabe lo que las enfermedades nos pueden atar. El verdadero riesgo consiste en crearse un centro de atención en el propio cuerpo. Como soy tan enferma, hasta que no me determiné en no hacer caso del cuerpo ni de la salud, siempre estuve atada, sin valer nada[8].

Enfrenta también el miedo a la muerte. Para ello habla de tragarse de una vez la muerte. Dejaos toda en Dios, venga lo que viniere. ¿Qué va en que muramos? De cuantas veces nos ha burlado el cuerpo, ¿no burlaríamos alguno a él? Y creed que esta determinación importa mucho más de lo que podemos creer, porque de muchas que poco a poco lo vayamos haciendo, quedaremos señores de él[9]

Necesitamos descubrir todas esas adhesiones íntimas donde hemos puesto en juego nuestros gozos y esperanzas, temores y dolores, …para que no estemos engañados.
Teresa descubre en el desasimiento el camino hacia la libertad y ella, enseñara orar a ser libre. Lo que atenta contra la libertad cierra el camino de la oración. Teresa quiere educar al orante en todo lo que tiene que ver con la esclavitud, y hay algunas cosas que no quitan esta libertad y tiene que ver con la manera de vivir la relación con las cosas, con las personas, con la familia, sin afán posesivo.
Teresa ofrece varias formas en cómo educarnos en esta virtud del desasimiento:





¿Cómo ejercitarse en esta virtud del desasimiento?



Podemos descubrir en Teresa de Jesús:




Virtud teresiana: humildad-verdad
Hemos recorrido dos virtudes teresianas en las que hay que educarnos. Ahora, Teresa plantea un tema importante que es el eslabón del amor y el desasimiento, la humildad que es andar en verdad. Estas tres unidas son la base de lo que Teresa enseña para el camino de la vida espiritual.
Humildad no es esa actitud encogida y acomplejada que puede acarrear estragos de una falsa humildad[1]. Ni mucho menos una pobreza material que conlleva una vida sucia y descuidada. Ella vive la humildad auténtica que proviene de la contemplación de Jesús, el verdadero humilde. Aprendió del Buen Jesús que la humildad es andar en verdad. La humildad es vernos tal cual somos; es saber y reconocer lo que valemos ante Dios.
Una realidad que nos domina de fuera es que el mundo nos vende la idea de que los primeros puestos son los mejores, las glorias humanas y los reconocimientos son importantes, que los privilegios y el poder son necesarios para la “felicidad” del hombre y, por lo tanto hacen de la persona sentirse superior a los demás. Mundo en que Teresa se vio envuelta en su entorno. Todo lo contrario a lo que significa la humildad.
Teresa prefiere las virtudes grandes a las grandes penitencias…en demasiadas penitencias ya sabéis que os voy a la mano[2]. Prefiere las virtudes interiores, que no quitan las fuerzas del cuerpo... sino que fortalecen las del alma[3]. Este es el camino evangélico propuesto por Teresa: el ejercicio de la virtud.
El Buen Jesús nos enseña esta virtud en el Evangelio (Lc 14, 1.7-14) evitar los primeros puestos y éste tema está unido a una actitud que habla la santa y es el tema de la honra. La sociedad de Teresa, como la nuestra, tenía sus mitos, sus tópicos, sus lacras, …se inventa sus honras en los monasterios, y pone sus leyes, que suben y bajan como las del mundo. Los letrados deben ir por sus letras, que el que ha llegado a leer teología no ha de bajar a leer filosofía, que es un punto de honra que está en que ha de subir y no bajar[4]. Teresa habla de los negros puntos de honra, como de un tóxico que mata la perfección[5]; crece como la espuma[6]; impide medrar[7]. La mentira no construye al ser humano.
Teresa descubre varios peligros que nos podemos encontrar en este camino de la honra, por lo tanto, de la mentira:



Desde la experiencia de la vida de virtud teresiana descubrimos que la humildad no consiste en negar las cualidades que Dios nos ha dado –eso sería falsa humildad y no sería “andar en verdad”. La humildad consiste en saber y en reconocer que todo nos es dado por Dios. Lo que sucede es que el orgullo nos hace creer que esas cosas las logramos nosotros mismos.
Y, debemos recordar que el Señor ha hecho una grave advertencia: el orgulloso será humillado. Se trata, entonces, de andar en verdad, para poder recibir el trato que el Señor promete a los humildes: “el que se humilla será engrandecido”.
La humildad es hacer las cosas porque Dios las quiere y como Dios las quiere, no por destacarnos, ni por lograr reconocimientos; es buscar la gloria de Dios y no la propia; es no buscar, ni reclamar honores ni reconocimientos; es no hablar de uno mismo, ni alardear lo mucho que somos y tenemos; es saber que nada podemos sin Dios; es saber y reconocer que somos totalmente dependientes de Dios; es dar gracias a Dios por lo que somos, por lo que hacemos y por lo que tenemos; es saber que nada podemos sin Dios, pues nuestra fuerza está en Dios. Es creer, de verdad, que nada somos ante Dios.
Para ejercitarnos en la virtud de la humildad es necesario educarnos en estaos elementos que Teresa nos propone:









Aprendemos de Teresa de Jesús a:








[1] “Humildad es andar en verdad” (6M 10,7).
[21] 12, 1
[23] 15, 4
[24] 17, 1
[25] 17, 6
[26] 17, 6
[27] 39, 2
Quinto tema
El Buen Jesús de Teresa de Jesús:
Jesús humano. La humanidad de Jesús
Teresa, después de haber recorrido el camino de la oración, ante sus luchas y resistencias, viene un cambio radical en su vida, el encuentro con la humanidad de Jesús.
La humanidad de Jesús fue quien le incentivo todo ese proceso de madurez espiritual, el cambio determinante en su vida donde la condujo, muchas veces forzando, empujando, mirando, regalándose, dándose, poco a poco a enamorase de Jesús y ella se dejó amar.
A partir de conocer a la persona de Jesús, la santa descubrirá la bondad del Señor y el camino de la virtud a partir de los consejos evangélicos. Su manera de expresión, de mostrar cercanía, confianza y amistad será llamarle el Buen Jesús, porque es el Buen Jesús quien le dio un vuelco a su propia historia. Para Teresa, Jesús es el hombre que pasó haciendo el bien. Un hombre BUENO que ofrecía bondad.
El proceso del encuentro con Jesús, no se da en un solo momento. Hay muchos llamamientos, intervenciones, mercedes, experiencias que suscitaron un trato, una relación de amigos, donde se dieron la oportunidad de conocerse y amarse. Jesús poco a poco se fue dándose y Teresa poco a poco se fue disponiendo. El encuentro acontece en medio de muchos encuentros cotidianos, principalmente en la oración, y después de comulgar en la Eucaristía. Desde niña, adolecente, joven y monja conocía de Jesús. A partir de 1554, en la conversión, experimenta a Jesús. El conocimiento va a ser experiencial, de trato.
En este momento significativo de la conversión, inicia Jesús a mostrársele y enamorarla de su humanidad descubriéndole quién es Él. Teresa se da cuenta que en este camino de amistad, también ella necesita mostrarse quién es. Resaltará la importancia de la humildad, porque este camino humano es necesario LA VERDAD.
Teresa, en sus inicios, se ejercitaba en la oración de meditación y acudía a representar con el pensamiento y la imaginación a Jesús, …procuraba lo más que podía traer a Jesucristo, nuestro bien y Señor, dentro de mí presente, y ésta era mi manera de oración[1]. Sin embargo, era sólo con el entendimiento, pensaba, discurría, meditaba. A partir, de la conversión, de esta experiencia de la humanidad de Jesús, iniciará una novedad en su experiencia orante, ya no es por el pensamiento, sino, siente, dentro la presencia de Jesús, ….entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allí a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrójeme cabe él con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle[2].
La narración de la experiencia…ante un Cristo muy llagado, remueve las entrañas de Teresa, pasa algo dentro, que transforma a la persona. A partir de esa transformación ya no se vive igual, se vive de otra manera, o se busca vivir con más coherencia y libertad. Cuando acontece y pasa algo dentro, es la acción gratuita de Dios que interviene en la vida de Teresa, y de cada uno de nosotros. No podemos pensar que la conversión es algo inmediato, que se da y surge el cambio inmediato en la persona. No es así. Sino que acontece como un despertar de un sueño aletargado que mantiene a la persona en suspensión, y la reactivación surge como una experiencia de gracia, de luz, de claridad que se abraza y se deja llevar por un camino nuevo, de buscar una vida nueva. Inicia la lucha y perseverancia, la determinada determinación.
Lo que Teresa hace hincapié es que durante mucho tiempo, cerca de 19 años (1535 a 1554) buscaba de mil maneras vivir con intensidad la vida espiritual por medio de la oración, confesión, hablar con letrados, lecturas de libros espirituales, etc…. Pero había otra realidad que no le dejaba mantener un equilibrio en su vida: una vida agitada y volcada al exterior: locutorio, visitas, vanidades, de ocasión en ocasión, etc…
El cambio resultará progresivo cuando la santa descubre a Jesús, dentro de sí y a Jesús humano. El cambio radical en Teresa será, pasar de una oración meditativa a una oración experiencial, viva y latente en el interior.






Como buena maestra de experiencia en el trato con Dios, defenderá que la humanidad de Cristo, no embaraza o impide a la más perfecta contemplación. Esta postura va en contra de las doctrinas espirituales del s. XVI que decían a los que llegan ya tan adelante en la vida espiritual la Humanidad de Cristo es obstáculo y por eso proponen que aparten de sí toda imaginación corpórea y que se lleguen a contemplar en la Divinidad… la santa lo vivió y, para ella, fue un terrible. ¿por qué defiende la santa esta verdad de la humanidad de Cristo?








La santa descubre que esta doctrina sustanciosa de la Humanidad de Cristo es un arte que la ha llevado Dios. Es Dios quien la educó, le enseñó, le acompañó y procuraba su Majestad darme a entender cosas para ayudarme a conocerme….
Teresa nos lanza a la oración. Una oración centrada en el Buen Jesús. En los inicios de este traer presente o representar al buen Jesús dentro, Teresa recomienda:

· …representarse (imaginarse) delante de Cristo…
· …acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad (persona de Jesús)
· …traerle siempre consigo
· …hablar con él,…
· …pedirle para sus necesidades
· …quejársele de sus trabajos,
· …alegrarse con él en sus contentos y no olvidarle por ellos,
· …sin procurar oraciones compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y necesidad.
Esta manera de orar, dirá Teresa que …es excelente manera de aprovechar y muy en breve; y quien trabajare a traer consigo esta preciosa compañía y se aprovechare mucho de ella y de veras cobrare amor a este Señor, a quien tanto debemos, yo le doy por aprovechado[4]
Aprendemos de Teresa de Jesús a:



Sexto tema
El Buen Jesús de Teresa de Jesús:
Jesús amigo, compañero y maestro
El encuentro con la humanidad de Jesús, hace en Teresa la búsqueda de su propia humanidad. La mejor manera de encontrar los rasgos humanos necesarios para la vida espiritual, es en el Buen Jesús. He ahí el camino de la virtud iniciado en Teresa. Virtud que se afianza en el camino de la oración.
Teresa ha optado por cederle a Dios el protagonismo, ya no impondrá un camino, sino es Jesús quien la educará por los caminos de la amistad-amor. Teresa se deja conducir por el camino de la verdad que con humildad irá descubriendo los diversos modos por donde Dios quiere que vaya con determinación. Siete años, de 1554 a 1561, donde Teresa aprende, de la humanidad de Jesús, a entregar su voluntad. Será Jesús de ahora en adelante el dechado de quien aprenderá, en la oración.
En este camino de conversión, de vida nueva, será Jesús quien enseñe a Teresa el camino de la verdad siendo el dechado, el Maestro. La vida de Jesús no sólo será tenerlo como sujeto de la oración, sino será de ahora en adelante el modelo perfecto donde se aprende a vivir el amor-amistad.
La amistad de Teresa con el Buen Jesús inicia cuando Jesús es el sujeto de la relación orante. Teresa, en la oración ya no será el centro sino el Buen Jesús. Inicia la santa a poner rostro a la relación de amistad, será con la ayuda de representar dentro a Jesús, ¿cómo? Así como andaba en el mundo: humano.
Los primeros movimientos que Teresa experimenta en el trato con Jesús como Amigo y Maestro es su cercanía. Con la palabra cabe sí expresa la cercanía, compañía, presencia que abarca toda la vida, etc… es la continúa sensación de la presencia del Buen Jesús. Un sentimiento de la presencia de Dios hace experimentar en Teresa dentro de sí a Dios. El ejercicio constante de representar a Jesús dentro provoca en Teresa, en su interioridad una nueva sensación del actuar de Jesús. Jesús como Maestro enseña a orar a Teresa.
Jesús, el Maestro, le enseña el camino de la interioridad. Como novedad de esta oración es que …toda –el alma- parecía estar fuera de sí; porque ama la voluntad…. es un despertar la sensibilidad hacia el interior, donde se va dando cuenta que no está hueca, sino que en el centro mora Dios. Es la sensación de experimentar a Alguien dentro y sentirse fuera de sí. Es como si Teresa viera desde fuera lo que pasa dentro. Esta dentro, pero desde fuera y Dios quiere que entienda que de aquello que su Majestad le representa ninguna cosa entiende[1]… en otros momentos experimentaba que estaba cabe mí y lo veía claro y sentía…[2] en este modo de oración quiere su Majestad darse a sentir… y da tanto a entender que vese claro que está aquí Jesucristo, Hijo de la Virgen… se ve nos acompaña y quiere hacer mercedes[3] y no sólo en el interior experimentara Teresa estas gracias de entender… ver… sentir… sino que durante muchos momentos en la vida cotidiana descubre que estaba junto cabe mí Cristo y veía ser él que me hablaba…. Parecíame andar siempre a mi lado derecho, sentíalo muy claro[4]. Teresa experimenta a Jesús como compañía y no sólo en el interior, sino llegará Teresa a experimentarla en las andanzas de la vida cotidiana. Es una presencia que envuelve todo, abrazo todo y va siendo centro de atención en la amistad.
Las palabras es el lenguaje suave del Buen Jesús quien se hace sentir en Teresa para enseñarle los caminos del espíritu. Palabras que serán escuchadas en un ambiente oracional. En ocasiones palabras en las que Teresa va educando su interior para este nuevo lenguaje de Dios que se le va comunicando y sólo su Majestad parece quiere decir lo que yo no puedo ni sé[5] Dios todo lo puede y en entre más se trata con Dios más tiempo la persona quiere estar con Él. Por eso, no es cuestionable el hecho de la necesidad de estar más tiempo con Jesús y con estas palabras Él explica esta necesidad cada vez más latente en el corazón que ama Deshácese toda, hija, para ponerse en Mí. Ya no es ella la que vive, sino Yo. Como no puede comprender lo que entiende, es no entender entendiendo.[6] Palabras que hacen eco en el interior. Palabras que Teresa le hacen vibrar dentro y hace entender esta verdad de Jesús ya no quiero que tengas conversación con hombres, sino con ángeles[7]
También Teresa recibe palabras de consuelo en medio de las luchas no hayas miedo, hija, que yo soy y no te desampararé; no temas[8] ante la ausencia de libros y de quien acompañe, se descubre una respuesta de Jesús dentro no tengas pena, que yo te daré libro vivo[9]…No estés fatigada; no hayas miedo como ya dejo otra vez dicho, quedaba del todo sana, o con ver alguna visión, como si no hubiera tenido nada. Regalábame con Dios; quejábame a él cómo consentía tantos tormentos que padeciese; mas ello era bien pagado, que casi siempre eran después en gran abundancia las mercedes[10].
En muchas de las palabras, Jesús es quien le da fuerzas para seguir emprendiendo lo que Él le ha mandado ya te he dicho que entres como pudieres…. ¡Cuántas veces dormí yo al sereno por no tener adónde me meter![11] En estas experiencias de trato, Jesús da a entender y esclarecer quién es Él. La claridad ayuda para entender que Él es la misma Verdad y para quienes no la han descubierto es lástima porque si me amasen, no les encubriría Yo mis secretos ¿Sabes qué es amarme con verdad? entender que todo es mentira lo que no es agradable a Mí[12]
Teresa en Jesús descubre la importancia de la fidelidad. Una verdadera amistad se da en la confianza del uno con el otro. Quien de verdad es amigo creerá en Él y confiará en la palabra. Por eso, una de las actitudes de fidelidad en una amistad verdadera es querer llevar una vida semejante a la del amigo. Luchar por ese amor apasionadamente será la perseverancia en medio de las luchas y seguir los pasos del amigo… contemplar lo que hizo para hacerlo… buscar cómo ama para amar y con grandes deseos buscará … perder mil vidas por un pequeño bien suyo. ¡Oh precioso amor, que va imitando al capitán del amor, Jesús, nuestro bien![13]; … imitar este amor al que nos tuvo el buen amador Jesús; y así aprovechan tanto, porque no querrían ellos sino abrazar todos los trabajos, y que los otros, sin trabajar, se aprovechasen de ellos. Así ganan muy mucho los que tienen su amistad;… y crean que, o los dejarán de tratar con particular amistad digo o acabarán con nuestro Señor que vayan por su camino, pues van a una tierra… digo que traen bien pesada cruz[14].
Teresa es amiga y también discípula, por ello una cualidad que desarrollará será dejarse enseñar por el Maestro en el camino de la verdad. Jesús es la verdad misma. Él, el Maestro interior, aprovechará los momentos donde Teresa está disponible para dejarse enseñar y ésta es en los diversos modos de oración. En la experiencia y proceso de amistad con Cristo, a Teresa de Jesús, Dios le va comunicando la verdad de su persona, desde su humanidad sacratísima. En medio de estas manifestaciones es el Señor quién le comunica su verdad de su persona, y esta de forma gradual. Ella dice, No podía yo entender por qué el Señor se mostraba así poco a poco, pues después me había de hacer merced de que yo le viese todo, hasta después que he entendido que me iba su Majestad llevando conforme a mi flaqueza natural.. iba el piadoso Señor disponiendo [15].
A partir del encuentro con Jesús, Teresa empieza a identificarse con Él…donde su Majestad ha sido el libro verdadero a donde he visto las verdades[16] En donde ...deja impreso lo que se ha de leer y hacer de manera que no se pueda olvidar…[17]
Aprendemos de Teresa de Jesús a:



[1] V. 10, 4
[2] V. 27, 2
[3] V. 27, 4
[4] V. 27, 2
[5] V. 18, 7
[6] V. 18, 4
[7] V. 24, 15
[8] V. 25, 18
[9] V. 27, 6
[10] V. 30, 14
[11] V. 33, 12
[12] V. 40, 1
[13] C. 6, 9
[14] C. 7, 4
[15] V. 28, 1
[16] V. 27, 6
[17] Ib.
Séptimo tema
El Buen Jesús de Teresa de Jesús:Jesús <<se hace pedazos por nosotros>>
Para Teresa, la Eucaristía, es el lugar donde Jesús, como Maestro, enseña el camino evangélico hacia el Padre. Como no hay cosa que se le ponga delante Jesús quiso quedarse para mostrarnos los grandes misterios de la salvación. Teresa ve en la Eucaristía un signo vital del contacto y del trato con la persona de Jesús. Es el Maestro quien sigue descubre la necesidad nuestra de ayudarnos a la entrega al Padre.
Las enseñanzas de Jesús del Padre Nuestro, donde desarrolla Teresa la petición de danos hoy nuestro pan de cada día, resalta la vida del Buen Jesús en la entrega total al Padre por medio del ejercicio de la voluntad. ¿Cómo entregarnos a Dios en la vida ordinaria y cotidiana? ¿Por qué es necesario dar nuestra voluntad a Dios y de qué forma? Es Jesús quién nos enseña cómo ponerlo por obra. Jesús se ejercita y nos muestra el camino de la generosidad y oblación continua al Padre. Teresa reflexionar en la presencia eucarística de Jesús y concluye la necesidad del Buen Jesús de mostrarnos el Camino y …buscó un medio admirable adonde nos mostró el extremo de amor que nos tiene, y en su nombre y en el de sus hermanos, pidió esta petición: El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor[1] Un medio que sirviera de modelaje en el ejercicio de hacer la voluntad de Dios.
El Maestro enseñó a Teresa que la Eucaristía en su vida se hace una experiencia real cuando tiene conexión con la realidad, la relación con los otros, con la vida misma expresada como donación cotidiana y constante en todo lo que se hace en bien de Dios. La Eucaristía es real cuando se prolonga en la vida cotidiana siguiendo las actitudes de Jesús en el amor y entrega, haciendo la voluntad del Padre. Es la manera como Jesús se quedó con nosotros para enseñarnos el camino de la entrega al Padre.
Teresa contempla la manera como Jesús se entrega, una manera gráfica de mostrarnos hasta dónde está se puede amar por los demás, y Él, …se hace día a día pedazos por nosotros[2]. Es Jesús quien se hace pedazos en el amor a Dios y los demás. Esta es la auténtica y verdadera Eucaristía que nos ofrece Jesús como modelaje y el mejor signo del ejercicio oblativo al Padre y a la humanidad, como él lo hizo y sigue haciendo en cada Eucaristía.
Jesús ofrece y se ofrece día a día en la Eucaristía dándose, entregándose para mostrar un medio por donde podemos nosotros dejarnos enseñar por Él. Para quienes quieren seguir al Buen Jesús era necesario ver su entrega de amor y, ante nuestras flaquezas, inconsistencias, indiferencias, tibiezas, infidelidades quiere despertarnos, y no una vez sino cada día, que aquí se debía determinar quedarse con nosotros…[3]
Para Teresa en la oración, principalmente después de comulgar, es de suma importancia la presencia de Jesús en la Eucaristía. Es Jesús amigo quien está presente y actuante en el interior cada vez que le comemos su Cuerpo y su Sangre y al estar cerca, dentro, no hay para qué le ir a buscar en otra parte más lejos[4]. Cristo está ahí y está para entrar en comunión directa y personal con cada uno de nosotros. El está ahí para que nos lleguemos a Él. El está ahí, no solo para comunicar sus grandezas, sino para comunicarse Él mismo, de persona a persona. Él busca siempre la comunicación personal. A los que ve que se han de aprovechar de su presencia, El se les descubre; que, aunque no le vean con los ojos corporales, muchos modos tiene de mostrarse al alma por grandes sentimientos interiores y por diferentes vías[5].
El momento primordial para Teresa de Jesús, donde se deja cautivar por la persona de Jesús es después de comulgar… Teresa insiste que este espacio, dentro de la Eucaristía es un momento que tenemos que propiciar, pues es el encuentro con la misma persona de Jesús. Ella, conocedora de esta experiencia nos ofrece un método sencillo que podemos hacer todas las veces cuando comulgamos en la Eucaristía, y es:
1º …acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante,
2º …procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma y miraros al corazón – a Jesús-;
3o …él se da a conocer, conforme al deseo que tenemos de verle. Y tanto lo podéis desear, que se os descubra del todo…
4º Recomienda Teresa: …que yo os digo, y otra vez lo digo y muchas lo querría decir, que si tomáis esta costumbre todas las veces que comulgareis, y procurad tener tal conciencia que os sea lícito gozar a menudo de este bien ….[6]
La santa, crea una catequesis para que el orante se dé cuenta de la riqueza Eucarística que se tiene y hay que nutrir y alimentarse para el camino de la contemplación. Por lo tanto, el buen Jesús está en el pan Eucarístico para:









Aprendemos de Teresa a:



Jesús en la Eucaristía está cercano y asequible, no hay para qué le ir a buscar en otra parte más lejos[15]. Cristo está ahí y está para entrar en comunión directa y personal con el creyente. El está ahí para que nos lleguemos a Él. El está ahí, no solo para comunicar sus grandezas, sino para comunicarse Él mismo, de persona a persona. Él busca siempre la comunicación personal. A los que ve que se han de aprovechar de su presencia, El se les descubre; que, aunque no le vean con los ojos corporales, muchos modos tiene de mostrarse al alma por grandes sentimientos interiores y por diferentes vías[16].
[1] C. 33, 1
[2] C. 33, 3
Octavo tema
El Buen Jesús: nos enseña el camino de la oración.
Teresa nos ha lanzado a la experiencia del trato cercano, tratable con el Buen Jesús donde es el centro y es quien nos enseña el camino de la verdad. Aquella verdad que marcó la vida de Teresa siendo muy niña y tras un camino largo de experiencias se encuentra de nuevo. En la escuela evangélica-teresiana que se nos propone no entra una vida de mentira, de apariencias, de poses, sino una vida de frente a Dios y al otro con toda verdad. Teresa descubre que la verdadera oración lleva al encuentro con la misma verdad personal y de Dios.
Uno de los principios teresianos en el camino de la oración es don de Dios y enseñada por el Buen Jesús, como el Maestro verdadero, es don del Señor de ella y del cielo, que, en fin, da como quien es[1]. Y cuánto tiempo tuvo que aprender la santa a descubrir este lenguaje distinto de Dios. Pues la oración, lo descubre Teresa, no se aprende en cuántas horas, oraciones, devociones, actos de piedad se realicen, sino la oración se realiza en la espontaneidad de la vida y con conciencia en donde se va consolidando como una opción determinante que se vuelve esencial para el camino de la fe.
Teresa al descubrir el don de la oración se abre a un horizonte de novedades, de descubrimientos, de verdades. Su actitud de disponibilidad la llevará a saberse acompañada por Jesús y dejarse enseñar por Él, que va cobrando rostro de Maestro y ella de discípula. Para que se de este enseñamiento, es necesario reconocer que el Maestro es quien da la pauta para emprender la marcha del trato de amistad, del camino de verdades que experimentará en cada momento orante, en cada encuentro en la Eucaristía, en la misma vida por medio del amor.
Teresa es consciente de que quién da y enseña en el camino es Jesús. Jesús se va mostrando como el Maestro que da la sabiduría, la ciencia del trato para que Teresa aprenda este nuevo lenguaje, este nuevo trato de amistad. Para Teresa, Jesús es quien se pone primero adelante en la práctica de lo que dice. Es Jesús nuestro modelo, es a Él a quien seguimos. Jesús en la experiencia orante de discípula en la vida de Teresa se va mostrando así:







Teresa acoge el don, acoge a la misma persona de Jesús que le muestra el camino de la oración. La amistad es bien acompañada, pues aparte de ser el amigo, es el Maestro, quien le va indicando qué hacer en los diversos modos de orar, no deja sólo al discípulo, al contrario… es compañía siempre.











Ejercer el discipulado es tener la conciencia de que no todo lo sabe, que es necesario aprender. Por eso, el discípulo sigue las enseñanzas del Maestro …de tal maestro como quien nos enseñó esta oración y con tanto amor y deseo que nos aprovechase…[20] Es Jesús, el Maestro, quien nos abre su interioridad y nos muestra no sólo los contenidos existenciales de su oración, sino el modo de realizarla. Un buen maestro enseña lo que vive, su experiencia, porque sabe que sus discípulos están atentos a deprender más que con palabras, con la vida.
Por eso, Teresa hace hincapié al decir que en la misma oración, en la misma práctica se hace desde el Maestro y se recuerda la enseñanza …nunca Dios quiera que no nos acordemos de El muchas veces cuando decimos la oración, aunque por ser flacos no sean todas.[21]
Teresa aprendió a recibir del buen Jesús este don de la oración. La oración en la vida de Teresa es un medio eficaz de relación con Dios, de amistad con él y los momentos en que se acentúa esa experiencia gratuita de donación de Dios. En la oración, Teresa va disponiéndose a aprender a recibir...cuando su Majestad quiere, en un punto lo enseña todo, de manera que yo me espanto…[22]. Ella hace una confesión de lo que ha significado dejarse educar y enseñar por Dios... una cosa puedo decir con verdad: que, aunque hablaba con muchas personas espirituales, que querían darme entender lo que el Señor me daba para que se lo supiese decir, y es cierto que era tanta mi torpeza; que poco ni mucho me aprovechaba; o querría el Señor, como su Majestad fue siempre mi Maestro... [23]
En el camino de la oración, Jesús no nos deja solos. Hay muchos medios por los cuales la persona puede despertar su conciencia para dejarse educar por Jesús. Reconocer que el camino no es por los propios méritos y esfuerzos, sino con la ayuda de Dios y de los medios que Él dispone para despertar al amor es necesario tomarlos en cuenta para crecer en la disponibilidad de la opción por Dios.
Aprendemos de Teresa a:




Y una última recomendación que Teresa nos pide: nunca olvidarnos que cuando oremos, tengamos muy presente al Buen Jesús quien nos enseñó este camino de oración…. siempre considerarnos discípul@s.
[20] C. 24, 2
[21] C. 24, 2
[22] V. 12, 6
[23] V. 12, 6
Noveno día
El buen Jesús, camino verdadero de la oración.
De muchas maneras el Buen Jesús le comunica a Teresa lo que él ES. En el libro de la Vida, el Señor se le presenta como el libro vivo[1], donde su Majestad ha sido el libro verdadero a donde he visto las verdades[2] En donde...deja impreso lo que se ha de leer y hacer de manera que no se pueda olvidar…[3]
Aparece en la Vida de Teresa de Jesús la presencia de Jesús como el Maestro[4] quien le muestra el camino en el cual poco a poco va entendiendo la senda hacia el Padre. Esta manera pedagógica de Jesús hace que en la vida de Teresa entienda:





Teresa hará un cambio esencial en su vida orante, cuando descubra que la oración se aprende orando, como el Buen Jesús enseña en el evangelio y hará un giro en su experiencia orante a no reducir sólo la oración a momentos concretos de la vida sino convertirla en vida a partir de los acontecimientos que se entremezclan en la amistad y convertirlos en oración. En donde se comparte la vida, los intereses, las frustraciones, los desánimos, las luchas, las tentaciones, la voluntad….
La oración despierta la conciencia para darnos cuenta de las verdades: Dios es quien se da gratuitamente, el hombre se dispone, con humildad. Teresa ya inicia el camino de la humildad…. tiene calibrada su experiencia en el reconocimiento de la bondad de Dios al aceptar sus mercedes. Gran verdad es descubrir cuánto recibimos de Dios….


Por ello, cuando hablamos de oración teresiana es la vida de la persona volcada en Dios y la vida de Dios volcada hacia la persona. La oración teresiana es un movimiento de interiorización, de profundización en Dios y en nosotros. Es un movimiento de personalización, porque es relación con la Persona que hace personas. Por eso, la oración no es un movimiento hacia un yo íntimo –movimiento intimista-, hacia una zona substraída al influjo separador de la exterioridad. Es camino hacia la persona, hacia el SER. No huida de algo sino búsqueda de la presencia de Alguien: Dios.[11]
En la experiencia teresiana de las verdades comunicadas con Dios no sólo es el hecho pasivo de recibir y quedarse en la persona de Teresa de Jesús, sino en el proceso se va desarrollando, a partir de las intuiciones o mociones que Dios le comunica y así va responde a las acciones de Dios.
Efectos:





Y una clave que Teresa nos ofrece es cuando la oración produce frutos en la vida de relación con los demás, con el prójimo, que la santa describe: Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, que parece no se osan bullir ni menear el pensamiento porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión y piensan que allí está todo el negoció. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor; y que si ves a una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella; y si tiene algún dolor, te duela a ti.... esta es la verdadera unión con su voluntad[18] .
Por ello, Teresa hará hincapié en:


Por ello, lo central en la oración que Teresa nos propone es el trato, el encuentro de dos personas, dos amigos que se descubren, hablan verdades, se revelan en el camino del trato, de la comunicación, de la amistad.
Teresa, define lo que es la oración:
No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama…
El centro de la oración teresiana es el trato. Un lenguaje que Teresa aprenderá en torno a descubrir la amistad de Dios-gracia. Un lenguaje de gratuidad, que nace desde el interior, de las entrañas del SER, donde se da la verdadera comunión, en el hondón de nuestra interioridad, donde nos sabemos habitados, engolfados en Dios.
Oración es igual a amistad. Y en la oración se da la relación que es la experiencia de encuentro. La experiencia de oración tiene un principio, saberse amado. Sin embargo, hay dos lenguajes distintos en este amor: de Jesús y el nuestro.
Y si vos no aun no le amáis (porque para ser verdadero el amor y que dure la amistad hanse de encontrar las condiciones: la del Señor ya se sabe que no puede tener falta, la nuestra es ser viciosa, sensual, ingrata), no podéis acabar con vos de amarle tanto, porque no es de vuestra condición; mas viendo lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que os ama, pasáis por esta pena de estar mucho con quien es tan diferente de vos.
Las condiciones es la experiencia de dos lenguajes distintos donde no fluye la comunicación. El lenguaje de Jesús en clave de amistad es gratuidad, donación, entrega, dar la vida…. será necesario que la condición nuestra, se apareje a la de Jesús para que la oración verdadera se transforme en obras.
En esta experiencia de condiciones distintas se descubre los diversos momentos donde es necesario perseverar, mantenerse, confiar… si, por la condición nuestra, y las luchas y dificultades nos alejáramos de la oración y tomáramos conciencia de volver…en arrepintiéndose de veras y determinándose a no le ofender, se torna a la amistad que estaba y hacer las mercedes que antes hacía, y a las veces mucho más si el arrepentimiento lo merece.
El lenguaje de gratuidad-amistad de Dios, siempre está presente. La condición de Jesús, permanece por la amistad-gracia.
Aprendemos de Teresa a:





[1] V. 27, 6.
[2] V. 27, 6
[3] Ib.
[4] C. 27, 5
[5] C. 27, 1
[6] C. 27, 3
[7] C. 28, 6
[8] C. 28, 2-3
[9] CC. 60, 10
[10] CC. 60, 3
[11] HERRAÍZ, Maximiliano, ocd, Introducción al Castillo Interior, Editorial Monte Carmelo, 2001, pp. 37.
[12] V. 29, 3
[13] V. 29, 4; 29, 8
[14] V. 29, 9
[15] V. 27, 6
[16] V. 22
[17] V. 28, 1
[18] 5M 4, 11
[19] 5M 4, 11
Julio Rincón, ocd
Alba de Tormes, ESPAÑA
14 al 22 de octubre de 2011
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